domingo, 1 de marzo de 2020

Cuatro años

El tiempo es relativo. Cuando una se divierte, parece acelerarse, ir mucho más rápido. Cuando una se aburre o está mal, parece ralentizarse.

Y otras veces, cuando te paras a pensar y echas la vista atrás, el mismo intervalo de tiempo parece mucho y poco al mismo tiempo.

Así es como siento hoy el tiempo. Hace cuatro años que murió. Y me parece, al mismo tiempo, mucho y poco. Una vida entera y un instante. Que todo ha cambiado por completo pero sigue siendo igual al mismo tiempo.

Así que hoy, tal como pasaba hace cuatro años, sigue vigente...

Tú duermes, ya lo sé.
Te estoy velando.
No importa que estés lejos,
que no escuche
tu cadencia en la sombra;
no importa que no pueda
pasar mi mano sobre tu cabeza,
tus sienes y tus hombros.

Yo estoy velando, siempre.
No importa que no pueda acurrucarme
para que tú me envuelvas sin saberlo,
para que tú me abraces sin sentirlo,
para que me retengas
mientras yo tiemblo y digo simplemente
palabras que no escuchas.
Yo puedo estar tan lejos
pero sigo velando cuando duermes.


Julia Prilutzky

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