lunes, 13 de abril de 2020

Unorthodox, miniserie

Miniserie de cuatro episodios, basada en la autobiografía de Deborah Feldman, quien salió de una comunidad de judíos ortodoxos en Nueva York.


Sorprende que ni más ni menos que en la gran manzana pueda existir una especie de submundo como este. Y digo submundo no en sentido peyorativo, sino como una pequeña parte de lo que es la ciudad en sí.

No soy una persona religiosa, no creo en ningún dios, pero sí me interesan las distintas religiones, quizás en un intento de encontrar algo de fe en mi interior, no lo sé :)

Dos cosas antes de seguir con el post: la primera, que aunque la serie está basada en el libro de la señora Feldman, se han tomado bastantes libertades y han cambiado bastantes cosas. No es una adaptación del libro, sino que la historia del libro inspira la serie.

Y la segunda cosa: no hay malos ni buenos. Ni siquiera el personaje que parece embutido con calzador (Moishe) y que se supone que es el malo malísimo, llega a despertar más que cierto desdén o desprecio.

Mi opinión personal sobre el tema sería demasiado extensa y realmente no viene al caso, porque esta entrada es sobre la serie, así que dejo de irme por las ramas.

Esty vive en Williamsburg, Nueva York. Nunca ha salido de allí. Es feliz viviendo con sus abuelos y su padre (que es un borracho). Vive en una comunidad con reglas muy estrictas sobre casi todo. Pero parece contenta, como suele suceder con quienes no conocen otra cosa.

Llega la edad de casarse y para eso su familia habla con una casamentera, para que busque la pareja ideal para ella. Se conocen, sin intimidad para hablar, por supuesto y queda concertada la boda.

No entro en detalles sobre las cosas, porque creo que es interesante verla, pero parece una historia sacada de hace un par de siglos y no algo que esté sucediendo ahora mismo en medio de una de las ciudades más cosmopolitas del mundo.

Esty escapa al año de casarse. Decide ir a Berlín, ya que sus abuelos maternos eran alemanes y ella puede optar a la nacionalidad alemana también. Y también ayuda el hecho de que su madre, que también escapó muchos años antes, resida en la ciudad.

El rabino de la comunidad decide que hay que llevarla de vuelta y para ello designa a su marido, que es un hombre con personalidad débil y totalmente manipulado por su madre, y un primo suyo, un hombre que dejó la comunidad durante un tiempo y volvió cual oveja descarriada.

La historia va hilando fragmentos del pasado de Esty con el presente, tanto de ella como de los dos hombres que la buscan.

Hay cosas que me parecen incongruentes, pero no puedo plasmar aquí porque sería destripar cosas y me gustaría que vieras la serie, es interesante digamos desde el punto de vista sociológico y también sorprendente, como te he indicado antes.

Y además supongo que si la ves, encontrarás las mismas cosas chocantes que yo, no en cuanto a los judíos ortodoxos, sino en cuanto a lo que ella hace, dice y se encuentra cuando llega a Berlín.

Anímate.

El crimen de Georgetown, 2019

Sí, lo confieso, la vi por Christoph Waltz. Me encantó desde que le vi en Malditos bastardos, me encantó su personaje. Así que cuando vi este título, en el que además de protagonista es director, me decidí a verla.



Y he de decir que fue un chasco. Es lo que yo llamo una historia mecedora, en la que hay escenas de la actualidad y del pasado. Normalmente me gustan mucho, tanto en películas como en novelas, pero en esta ocasión lo que hacen es marear y aburrir.

Hay una película protagonizada por Leonardo di Caprio y Tom Hanks, que creo recordar que se titula Atrápame si puedes, basada en hechos reales y que trata de un personaje que saca dinero haciéndose pasar por distintos profesionales, como por ejemplo piloto de aviones.

En este caso la historia también se basa en hechos reales. Pero, a diferencia de la de Tom Hanks, en la que el burlador mantenía su mentira durante poco tiempo y lo hacía de una forma más o menos creíble, en esta ocasión el personaje del protagonista da risa. Y no deja de asombrarme que personas hipotéticamente tan inteligentes como para tener cargos de suma responsabilidad, se dejaran engañar por un individuo así, durante todo ese tiempo y con historias que no se las creería ni un niño de cinco años.

En fin, que volveré a ver Malditos bastardos para quitarme el mal sabor de boca.

Chilwood's end, miniserie


Miniserie de tres episodios.

Me atrajo la sinopsis: unas naves espaciales llegan a la Tierra y eligen un granjero americano como portavoz-enlace. Llegan, al parecer, para ayudar a la raza humana, acabar con las guerras, las enfermedades y el desequilibrio económico.



En la imagen, el granjero americano, porque por supuesto, todo está centrado en Estados Unidos de Norteamérica, aunque lo que ocurre sucede en todo el planeta.

Los extraterrestres cumplen su palabra, y al cabo de poco tiempo no hay ni guerras, ni problemas, ni escasez de alimentos... lo llaman una época dorada de la humanidad, todo son unicornios y mariposas. Excepto en un lugar llamado Nueva Atenas, donde viven las personas que eligen seguir en la misma sociedad que antes, es decir, con impuestos, violencia, arte, cultura, empleos y demás.

Y todo muy bien y muy interesante, lo ves, te alegras pero al mismo tiempo piensas qué habrá detrás de todo eso, qué querrán realmente los visitantes del espacio.

Pasan diez años y por fin el extraterrestre muestra su aspecto. Y para mí, ahí, fue donde se acabó la serie. Se toman el trabajo de hacer efectos especiales de lo más chulos, tienen una fotografía preciosa y precisa, un buen ritmo, una historia interesante.... y salen con eso.

Estuve a punto de poner como imagen del post la del extraterrestre, pero, como siempre, trato de no fastidiar las historias por si quieres verlas más adelante. Pero si te pica la curiosidad, sólo busca imágenes de Chilwood's end y te aparecerá. Y entenderás lo que sentí cuando vi semejante despropósito. Además, tan mal hecho, se nota toda la goma y todo el maquillaje.

Siguen pasando los años y llega un punto en el que se deja traslucir lo que sucederá y el motivo verdadero de la aparición de las naves y los personajillos estos. He de confesar que en ese momento la serie pasó a ser una especie de ruido de fondo mientras me dedicaba a hacer otras cosas. De cuando en cuando levantaba la mirada y ya.

La media hora final es para mear y no echar gota, con perdón de la expresión. Desde el muchacho que sale de un calamar gigante (de color naranja y que se ve que es de pega a cien kilómetros), hasta el verdadero final.

Escuece mucho porque el principio fue realmente interesante e intrigante.


Muerte de un ciclista, 1955



Me sonaba el título, claro, lo tenía algo así como un clásico. Y por fin, una de estas largas noches de insomnio, se me dio por verla.

Una pareja van en coche, conduce ella y atropellan a un ciclista. El primer impulso del hombre es socorrer a la víctima, que parece moribundo. Pero ella le convence para seguir su camino. Ha ocurrido en un sitio despoblado (como se puede ver en la imagen) y no hay tráfico, nadie les ha visto.

Resulta que son amantes y que si dan aviso, quedaría su relación al descubierto, propiciando el fin del matrimonio de ella y, probablemente, el fin de la carrera en la enseñanza de él.

Pero no pueden olvidarlo. Mientras él se centra en la víctima, llegando incluso a visitar la vivienda de su ahora viuda, ella no siente remordimientos por lo que pasó, sino que se centra en pensar sobre las repercusiones que el ser descubierta tendría sobre su vida, cómoda, casada con un hombre adinerado.

No voy a desvelar el final, por si acaso no la has visto y te apetece en algún momento.

¿Te la recomendaría? Pues no. Me temo que no ha soportado bien el paso del tiempo y esos planos laaaaaaaaargos centrados en la cara de alguno de los personajes o en alguna escena que parece quedarse congelada durante unos segundos, o esa manía de que todo el mundo fume tratando así de parecer más interesantes o modernos... Lo dicho, se notan las décadas que han pasado.





viernes, 10 de abril de 2020

Instagram

El ayuntamiento de la localidad en la que vivo ha organizado un concurso de microrrelatos en gallego, con la condición de que el tema sea el confinamiento (y esa palabra tiene que aparecer en el relato) y que sea en gallego.

El relato se publica en Instagram, con una foto o imagen que se escoja (obligatorio) y de hoy a la medianoche del 22, la gente podrá publicar sus obras y votar.

Así que me hice mi cuenta de Instagram, pedí colaboración de mi nano para que posara en la foto y subí mi microrrelato (máximo 77 palabras).

Sé que no tengo la más  mínima opción de ganar. En primer lugar porque mi relato no es bueno y en segunda, porque no soy muy de redes sociales, con lo que no conozco a gente que me pueda votar.

De hecho en menos de 24 horas, hay ya algunos que tienen cerca del centenar de votos. Pero, como se suele decir, lo importante es participar.

Así que he hecho una versión en castellano para ti, ja, ¿creías que ibas a librarte? Pues no.

He de advertirte que hacía mucho tiempo que no escribía, y eso se nota. No vale mucho, pero es lo que me salió.





A veces, en estos días de confinamiento, me acerco a la ventana, cierro los ojos y viajo en el tiempo, hacia mi niñez, una época en la que las vecinas cotorreaban por las ventanas, en la que las radios filtraban radionovelas, música y partidos hacia las calles.

Ahora que no podemos salir a la calle, salimos a las ventanas, a aplaudir, a cantar, a hablar o simplemente a vernos.

Después abro los ojos... y sonrío.

jueves, 9 de abril de 2020

Madrugadas de cine


El confinamiento parece estar alterando los ciclos de descanso de mi nano, cada vez duerme peor. Así que no me acuesto hasta que queda dormido, cosa que a veces ocurre casi rayando el alba.

En definitiva, soy un zombie casero :)

Pero también tiene su parte buena y es que tengo esas horas para poder ver cosas. A pesar de que las interrupciones son bastante numerosas.

Ahí van las reseñas de esta tanda de películas:


Mar adentro (2004)



Hace tiempo que la tenía pendiente, pero el ser una temática tan emotiva me echaba siempre para atrás y acababa eligiendo otro título.

Me decidí ante la disyuntiva de verla o deshacerme de ella. Y la vi.

Lo primero, decir que la ambientación es perfecta. La casa en la que vive Ramón, por fuera, me recuerda mucho a tantas y tantas casas de aldea que hay desperdigadas por Galicia. Lo que ya no me encajó tanto fue el interior, porque según la parte de la casa que enseñara, parecían diferentes edificios, sobre todo fijándome en las ventanas.

También está muy bien conseguida la forma de hablar de esa zona, con el seseo tan típico, salvo en momentos puntuales en que es demasiado exagerado.
(
La historia supongo que ya la conoces, la batalla de Ramón Sampedro contra la burocracia para poder morir y dejar de llevar una vida que él consideraba indigna y que no le proporcionaba ninguna felicidad.

El tema de la eutanasia es muy controvertido y no voy a entrar en profundidades, simplemente decir que una persona que lucha durante años para que le ayuden a morir, estando en su sano juicio, está realmente segura de lo que desea. Aparte de que en este caso, no sería "matarle" sino dejar a su alcance la decisión final.

Y para ser un tema tan delicado, lo tratan muy bien, mostrando distintas opiniones, puntos de vista e incluso decisiones. No ahondan en el melodrama de la situación, es una exposición de los últimos meses de vida de esa persona y las decisiones que tomó y las que tomaron las personas que le rodeaban.

La música es preciosa, los paisajes más aún (qué voy a decir de mi tierra natal) y la película me dejó con una extraña pero buena sensación.

Si no la has visto, anímate. Y te dejo una reflexión: nosotros estamos confinados en nuestros hogares, Ramón Sampedro vivió confinado dentro de su propio cuerpo durante más de un cuarto de siglo.


La solución final  (2001)




Me animé a ver la película por dos motivos: el primero, la temática y el segundo, los protagonistas, hay una larga lista de buenos actores conocidos.

No conocía el argumento cuando empecé a verla. Trata de una reunión, una comida para ser más exactos, en la que diferentes altos cargos de distintas secciones del gobierno y el ejército nazi se reúnen para que les sea expuesta lo que se dio por llamar "la solución final" al "problema judío". Las reacciones de los distintos participantes, las presiones directas o indirectas que fueron llevadas a cabo... hasta que se toma la decisión (que, por otra parte, ya estaba tomada desde mucho antes de dicha reunión), y cada uno vuelve a su lugar de origen.

Como epílogo, cuentan qué ocurrió con cada uno de los asistentes a esa comida. Me llamó la atención el hecho de que una gran parte de ellos fueron liberados por falta de pruebas.

Eficiencia alemana para eliminar judíos, hablando de ellos como si no fueran personas.


En la mente del asesino (2012)




Una película protagonizada por Alex Cross. Entre nosotros, te diré que me gusta mucho más cómo interpreta el personaje Morgan Freeman, pero bueno...

Un asesino a sueldo sádico ve interrumpido su trabajo por el grupo de Cross, así que se quiere vengar de ellos, y la verdad es que les hace pasarlo mal, da donde más duele.

Y lo típico, lucha del bien contra el mal, ganan los buenos y el malo es malo maloso malosísimo.

Por cierto, el malo está protagonizado por el "bueno" de Lost, y la verdad es que me gusta mucho más como malo que como ultramegacomprensivoysalvadordevidas. Eso sí, la preparación física para su papel tuvo que ser de órdago.

Es entretenida, pero también de esas que ya sabes cómo van a acabar nada más empezada. Y puede que también sirva de aliciente la presencia de Jean Reno, en pocas escenas, pero algo es algo.


domingo, 5 de abril de 2020

Vivir, Ayn Rand (16)

Esta pequeña novela también está publicada bajo el título Himno.

Es original. Está ambientada en un hipotético futuro en el que la humanidad, de alguna manera, se ha reseteado después de guerras y destrucción. La nueva sociedad está basada en el "nosotros" y no en el "yo", no existe la individualidad, sino el colectivo. Todas las acciones y pensamientos se encaminan a buscar el bien de la comunidad, de todos.

Esto hace que al menos al principio sea chocante el leerla, ya que el narrador nunca utiliza pronombres de primera personas (yo, mi, me, conmigo, mía, etc) sino que siempre habla de sí mismo en plural "nosotros" y cuando habla de otra persona, pasa lo mismo, es como si fueran más de uno en lugar de uno.

No hay nombres, sólo números. No hay familias, sólo distintos edificios: uno para los niños, otro para los estudiantes y luego uno para cada tipo de trabajo.

Así como su individualidad, las personas han perdido el pensamiento personal, el deseo o el gusto propio. Todo se subordina al conjunto de la población, todo es buscar el bien común, sin importar lo que desee cada uno pues desear algo para sí mismo es romper una norma.

Viven sin electricidad, sin maquinaria para nada, cada avance se efectúa sólo tras años de consideración, como por ejemplo el uso de velas, tardaron años en decidir utilizarlas una vez que alguien "las descubrió" o "las inventó".

El protagonista siempre se ha sentido diferente a los demás, ha tratado de amoldarse a su mundo, pero le resulta imposible. Y es peor cuando descubre una construcción de los tiempos antiguos de los cuales no se puede hablar. A partir de ahí empieza a pelear consigo mismo y con sus pensamientos y sentimientos, tratando de adecuarlos a la sociedad en la que vive, para mejorarla. No lo consigue, obviamente y es castigado y torturado por ello.

No quiero decir nada del final, sólo dejar mi sensación y es que, realmente, es todo muy parecido, el "nosotros" y el "yo" en cierto modo son imágenes especulares. Porque, tal como se ve en la novela, el resultado es el mismo: luchas, enfrentamientos.

Creo que los extremos son muy malos, siempre. El anteponer siempre el "nosotros" al "yo" no es bueno, pero tampoco es bueno el "yo" tal como se llega a ver en un momento en el relato, como si fuera la cumbre de todo y estuviera por encima de todo.

Es la sensación que me dejó el final: todo es cíclico, si te dedicas a ir a los extremos, por muy buena voluntad que pongas al hacerlo y por buenas que sean tus intenciones.

sábado, 4 de abril de 2020

Las hermanas, Stefan Zweig (15)

Dos hermanas gemelas, que desde su nacimiento toman todo como una competición y anhelan ser la mejor en todo: mejor estudiante, mejor bordadora, mejor tocando el piano... Esa competición está por encima de su relación familiar, quieren quedar una por encima de la otra y, naturalmente, por encima de todos los demás.

Van creciendo, se convierten en muchachas hermosas e inteligentes, pero ese afán de superar a todos sigue rigiendo sus vidas.

Un día, una de ellas abandona su casa, escapándose con un joven rico de la localidad a otra ciudad. Cuando le quita todo lo que tiene, le abandona y empieza una relación con otro hombre, más rico todavía. La madre y la hermana saben qué tipo de vida lleva por los rumores, que no cesan de llegar.

Pasado un tiempo, la chica vuelve a su ciudad natal, rodeada de servidumbre, con ropas y alhajas. La hermana hierve de envidia por todas esas cosas que tiene y que hacen que parezca haber triunfado sobre ella, hasta que, pensando, se le ocurre que puede superarla haciendo justo lo contrario que hace ella, y así, se convierte en novicia y acude a ayudar a los enfermos. Se hace famosa por su humildad, sin que la gente sepa que es el camino para sentirse superior a todos los demás y sobre todo, superior a su hermana, quien, cuando ve lo que pasa, trama un plan para triunfar sobre ella de nuevo...

La moraleja que extraje de la narración fue que es muy peligroso sentirse muy seguro de uno mismo, porque cuando te sientes así, es cuando más peligro corres de cometer grandes errores. Es como cuando sacas el carnet de conducir: al principio te sabes inexperto y vas con todo el cuidado del mundo, pero conforme adquieres seguridad empiezas a conducir a veces con excesiva ligereza.

Pues en el relato lo mismo, pero con las decisiones que tomamos en la vida.

El baile, Iréne Némirovsky (14)

Sinceramente, no sé si es una sátira, una comedia o un drama.

Una familia compuesta por un matrimonio y su hija adolescente. De clase media, de repente se convierten en "nuevos ricos". La mujer aspira a ser "alguien" en la sociedad, a codearse con la nobleza y sentirse (más) por encima de la plebe. El marido también quiere medrar socialmente, pero no con el afán ni las pretensiones de su esposa. La niña es una adolescente con la cabeza en las nubes y con los sentimientos intensos que se tienen a los catorce años.

Viven en una gran casa, con criados y una tutora inglesa para su hija. Y quieren dar un gran baile, con cientos de invitados, para demostrar lo que son y lo que tienen y así introducirse en la alta sociedad.

La niña quiere asistir al baile, pero no la dejan, es demasiado joven. Ella toma eso como una grave afrenta, fantasea con una vida de romance en la que ella es el centro de todo.... así que cuando llegan a sus manos las invitaciones, en lugar de enviarlas, lo que hace es destruírlas. En ese momento su acto le hace sentirse mejor, pero conforme pasan los días y se acerca la fecha del evento, se pone nerviosa.

Y así llega la noche del baile, la madre presa de la histeria, de un lado a otro, el padre echando mano de toda su paciencia y la niña relegada al cuarto de la ropa blanca para pasar allí la noche. A la hora en que debía empezar el baile llega solamente la profesora de piano de la chiquilla, a quien le dio la invitación en mano. Para gran regocijo de la señora, pasan los minutos y nadie se presenta. A partir de ahí suben los nervios, aparecen los gritos, las miradas burlonas de los criados... y para saber cómo acaban las cosas, pues lo lees :)

Los personajes son bastante estrambóticos, de ahí mi duda hacia el tipo de novelita que es. Antipáticos, un rato largo, todos.

Ana, conmigo o sin mí, Andrea Valenzuela (13)


No, Ana no es una chica ni una mujer, sino el término con que se denomina a la anorexia. Y esta pequeña historia trata sobre el tema, desde el punto de vista de una adolescente, que narra el instante en que "conoció" a Ana, su evolución hasta que era parte importante de su vida y el final.

Empieza con complejos y con la crueldad (a veces incluso inconsciente) de los compañeros, hasta el punto de que la protagonista identifica el triunfar con el estar delgada. Y cuando por fin siente que encaja en el medio, que incluso tiene una relación amorosa, se da cuenta de que no es suficiente, que siempre se puede ir más allá. Hasta que va perdiendo todo.

Es como una curva de Gauss, parte de lo más bajo, de sentirse mal, de pensar que no merece nada bueno por su aspecto, va subiendo a medida que al perder kilos gana supuestas amistades e incluso su familia alaba su aspecto. Llega al culmen al conseguir estar en la élite del instituto y con novio además, y después va bajando hasta llegar al lado opuesto, en que el problema es su delgadez, que jamás llega a ser suficiente a sus ojos.

Cuenta cómo encontró ayuda, consejos y apoyo en internet, cómo ponía en práctica los trucos que encontraba para que su entorno no perturbara su camino hacia la meta de no tener encima ni un gramo de carne pegada a los huesos.

Se sigue sintiendo mal, hasta el punto de intentar matarse, punto en el que su familia toma las riendas y la ingresan en un centro para que intenten sacarla de su círculo vicioso: no me quieren porque no estoy lo bastante delgada.

Es una lectura interesante, la pega que le encuentro es que la protagonista se repite mucho, muchas veces con "Ana" y la amistad de Ana y satisfacer a Ana, curiosamente (al menos en mi caso) en lugar de con esa iteración transmitirme una obsesión lo que consiguió la autora es que me chirriara al leerlo. Porque a pesar de querer presentar a Ana como casi un ser vivo, se queda simplemente en un nombre.

Le falta alma, intensidad. Leerlo fue interesante, pero a nivel de estar leyendo un artículo en el periódico, algo simplemente informativo, en mi caso no logré empatizar, sumergirme en la historia.

De todas formas, creo que es una lectura interesante sobre todo para personas que se sientan inseguras sobre su aspecto, para que vean que dejar de comer no es solución, sino fuente de más y más graves problemas.

Explicación

Sí, todos tenemos montones de listas de cosas pendientes, sean libros para leer, películas para ver, series, idiomas que aprender, tareas que realizar...

Normalmente cuando quería leer algo, ojeaba entre los títulos de lecturas pendientes y en base a lo que me apeteciera en el momento, leía o releía algo.

El confinamiento no ha supuesto para mí (hasta ahora al menos), tiempo libre, más bien al contrario, así que todo lo que pensaba ver o leer está más o menos arrinconado. Pero, para sentirme un poco mejor y desde que leí El secreto del orfebre, pensé en ir leyendo un poco antes de acostarme. Novelas cortas, relatos largos, cosas que pudiera leer en una o dos veces. No es lo mismo que sumergirte en todo un mundo o una historia, pero es algo.

Así que lo que hice fue ordenar mis "pendientes" por tamaño. Y decidir leerlas en ese orden, aunque el título que tocara no me llamara mucho la atención.

Y así lo he hecho... ya irás viendo los resultados.


Por parte de ver... he tenido de fondo mientras trabajaba, The big bang theory, desde el principio al final. Y la verdad es que, como en las series de médicos, fue perdiendo su encanto a medida que se perdían las referencias a la física y los chistes relacionados con ella.

Y vamos allá con las entradas de las lecturas....