viernes, 12 de junio de 2020

El último día de mi vida, David Orange (23)


Podría ser un día como cualquier otro, pero Dylan sabe que es el último de su vida. Tiene apenas veinticuatro horas para poner su vida en orden, ajustar cuentas, arreglar malentendidos y errores del pasado y así poder morir en paz.

Pero todo parece ponérsele en contra. Cuanto mejor quiere hacer las cosas, más obstáculos se encuentra por el camino. Y se le acaba el tiempo, tal como le recuerda un hombre que le persigue y le vigila para que no haga nada extraño.

No sabes si podrá hacer todo lo que tiene planeado. No sabes el motivo por el que Dylan tiene la certeza de que morirá a las ocho de la mañana del día siguiente, ni cómo va a ser, ni quién lo matará.

Así que te pasas todo el tiempo con un cierto hálito de angustia, queriendo empujar hacia adelante al protagonista, ayudarle de alguna forma, mientras se ve envuelto en situaciones a cual más rocambolesca, de esas de las que parece imposible salir. Pero si algo tiene de bueno (o malo) saber el tiempo que te queda de vida, es que relativizas las cosas de forma muy distinta a la habitual.

A veces el autor se sale un poco de madre, pone al protagonista en situaciones imposibles, de esas en las que piensas: "Vale, hasta aquí ha llegado, no puede seguir más, aquí se acaba". Aparte de un par de cosas de ese estilo, la verdad es que es de esas historias que te mantienen en vilo hasta las últimas páginas, queriendo que haya un final feliz, o por lo menos, un buen final.

Y no voy a contar más, porque, como sabes, no me gusta "destripar" mucho las historias. Sólo decirte que, de una forma extraña, he disfrutado la lectura. Espero que si te animas a leerlo, también te pase lo mismo.

2 comentarios:

  1. Pues si se cruza me animaré, que tiene buena pinta.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  2. Ya me contarás si te gusta :)

    Biquiños!

    ResponderEliminar