viernes, 4 de enero de 2019
Regalo inesperado
Estos días tenía previstas muchas cosas: leer varios libros, ver montones de películas y series y, sobre todo, escribir. Pero el destino en forma de averías mecánicas y supercatarro se cruzó y cambió esos planes. Mantita y cosas leves.
Pero ayer tuve un regalo inesperado y quería contarlo. Como siempre, tengo que dar alguna vuelta antes de ir al centro de la cuestión, si no, no sería yo.
El 1 de marzo hará tres años de su muerte. En este tiempo creí haber pasado el dolor, me di cuenta de que no era así y, finalmente, lo superé. Todos esos recuerdos que antes me hacían llorar, me hacen sonreír y ahora en lugar de pensar en lo que perdimos, recuerdo lo que vivimos. Aún hay momentos tristes, pero cada vez menos.
Cuando él murió, me dijeron que durante un tiempo sería normal verle o escucharle como si aún viviera. Y me aferré a eso, deseando que sucediera, quería volver a verle aunque fuera "de mentira". Pero no sucedió. Lo que sí pasó, meses después de su muerte, fue que una noche, estando como ahora, ante la pantalla del ordenador, le olí. Y durante unos segundos olvidé que había muerto y pensé "oh, ¿qué tengo para hacerle la cena?". Y mientras lo pensaba, me giraba sonriendo feliz. Cuando vi que no había nadie, dejé de sonreír y dejé de olerle.
Así que a la noche siguiente, cuando volvió a pasar lo mismo, en lugar de girarme, me estuve quieta, conteniendo la respiración, sintiendo ese olor tan suyo acercándose, deseando que llegara y sentirle a mi lado.Pero eso tampoco sucedió. Cuando parecía estar a punto de rozarme, se disipó y no volví a sentir nunca nada parecido.... hasta ayer.
`La situación era la misma: yo, ante el ordenador. Y su olor apareciendo de repente. Y me sentí muy feliz. No esperé que se acercara ni que algo o alguien me rozara o tener una visión. Simplemente respiré su olor durante unos segundos, sintiéndome bien.
Sé que nada de esto es real, que son jugarretas del subconsciente o inconsciente o lo que sea, los recuerdos, los sentimientos y las sensaciones se amalgaman para crear una fantasía que tal vez necesitemos. Pero, ¿sabes? Para mí fue un regalo. Me da igual su origen o naturaleza.
Y a ver si a partir de ahora, a medida que los virus estos me vayan abandonando, escribo un poco más. Que me apetece.
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Pues me parece muy bonito, la verdad.
ResponderEliminarAdemás, da igual de dónde venga ese olor, las sensaciones que tú percibes son reales, y eso es lo que cuenta, esos segundos de alegría porque sientes que está allí.
Mejórate. Muakk
Un regalo precioso... Qué importa que sea real o no, lo has sentido y lo has disfrutado en ese momento.
ResponderEliminarBesotes!!! Y espero que ya estés mejor!
Mi catarrazo sigue conmigo, es lo que tiene ser buena anfitriona :)
ResponderEliminarEl resto... como todo en la vida: disfrutar lo bueno